Generalmente la primera reacción ante la llegada del desempleo suele ser la perplejidad junto con el miedo. Similar a una situación de shock en la que hay presentes sentimientos de desorientación y confusión, acompañados de una sensación de fracaso e incapacidad para hacer planes de futuro.
Más tarde le sigue una fase de recuperación, caracterizada por un optimismo irreal, teniendo la impresión de estar “de vacaciones” lo que implica que la persona todavía no se considera como un desempleado. Así, la pérdida del empleo es percibida como algo temporal.
Pero si la situación no se revierte, se produce un momento en el que la persona ya no puede seguir viviendo su situación como unas vacaciones y le asalta el miedo a que su estado de desempleo se prolongue en el tiempo. Es aquí cuando comienza a hacer gestiones más incisivas para encontrar trabajo, obteniendo las primeras experiencias serias de rechazo
Cuando todos los esfuerzos no dan resultados, el individuo se siente pesimista y puede presentar síntomas de ansiedad, con periodos de melancolía e irritabilidad y en muchos casos con la aparición de trastornos psicofisiológicos. En esta fase es crucial el apoyo familiar social y la capacidad de afrontamiento de la persona.
Posteriormente tiene lugar el reconocimiento de la propia identidad de desempleado con todas sus características psicológicas.
Pérdida de confianza: Te sientes deprimido y fracasado, dejas de creer en ti, sientes que vas cayendo en picada, experimentas miedo y no te consideras capaz de establecer objetivos a futuro.
Comparación: Crees que te estás quedando atrás, piensas que tus amigos han logrado mucho en su carrera y siguen avanzando y tú simplemente te minimizas.
Negación: Tratas de convencerte de que no pasa nada, utilizas frases como “necesito un descanso” o “ya me hacían falta vacaciones”.
Aislamiento: Te alejas de familiares y amigos, prefieres quedarte en casa a dormir, ver Netflix y checar redes sociales.
Ansiedad e irritabilidad: Te vuelves adicto a revisar tu correo, bolsas de trabajo, y no sueltas tu teléfono por si te llaman. Poco a poco esa ansiedad se convierte en angustia y después en ataques de pánico.
La persona va aislándose de los demás, desembocando un deterioro de las relaciones familiares y sociales. Pudiendo aumentar en ocasiones la sintomatología depresiva, como los sentimientos de irritabilidad, temor, preocupación y/o sintomatología ansiosa. Incluso, se ha relacionado la situación de desempleo con la aparición de trastornos psicofisiológicos.
El desempleo provoca así un malestar psicológico que necesita una atención especializada y dirigida, ya no para la búsqueda de empleo, sino para la reconstrucción de la persona que se ha ido desgastando en el camino También necesita de la empatía social, de que dejemos de ver a desempleado como culpable de la situación en la que se encuentra, pensando que lo que diferencia a su situación de la nuestra es algo distinto a la suerte, cuando en la mayoría de los casos no es así.
Referencias
IDC. (2019 ). Los efectos psicológicos del desempleo. Marzo 28, 2019 , de idc online Sitio web: https://idconline.mx/laboral/2019/03/28/los-efectos-psicologicos-del-desempleo
Sánchez G. . (2019 ). Los efectos psicológicos del desempleo. Mayo 19, 2019, de La mente es maravillosa Sitio web: https://lamenteesmaravillosa.com/efectos-psicologicos-del-desempleo/
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